La Scuderia llegaba al templo de la velocidad, en Monza, con expectativas de poder hacer grandes cosas durante el fin de semana. Contando con un coche caracterizado por su gran velocidad en recta, se esperaba que en el circuito con rectas más largas del calendario los italianos dieran buena batalla, coincidiendo con su carrera de casa. En los entrenamientos libres se confirmaron los buenos presagios y, finalmente, el sábado dieron la sorpresa. El español Carlos Sainz le otorgó a los tifosi una increíble pole y Charles Leclerc era tercero, quedándose a pocas milésimas de darle una primera línea a la Scuderia.
Para la carrera del domingo la superioridad en carrera del Red Bull amenazaba a Ferrari, que necesitaría una proeza para repetir la gesta del sábado. Sin embargo, las primeras vueltas fueron muy esperanzadoras. Sainz mantuvo la primera posición y Verstappen no podía pasar ni con la ayuda del DRS, mientras tenía a Leclerc pegado detrás. Durante esta temporada, nadie había conseguido que Verstappen tuviera que trabajarse tanto el adelantamiento. Finalmente, el neerlandés tuvo que esperar a que los neumáticos del español se degradaran para poder pasar.
Tras consumarse el adelantamiento, parecía que la gran velocidad en recta de los Ferrari permitiría seguir luchando la victoria. Sin embargo, la degradación de Sainz era bastante grande y, de nuevo, la Scuderia estuvo muy lenta. Ni pararon pronto para mitigar la caída de ritmo ni dejaron pasar a Leclerc que parecía tener algo más de velocidad en ese momento. Por ello, Verstappen se alejó a 5 segundos y Pérez, que perdió tiempo adelantando a Russell por la cuarta plaza, amenazaba el doble podio italiano.
Esta fue la primera decisión discutible de Ferrari, que acabó completamente con cualquier posibilidad de luchar la victoria -la cual, de todos modos, era improbable- y centró la batalla en el doble podio. Pero a partir de este momento, tanto el muro como los pilotos comenzaron a contribuir a una mala actuación. Para empezar, Leclerc ataca a Sainz sin ningún control y sin que el equipo le diera permiso. No consiguió la posición y no fue a mayores, pero ya empezó la guerra entre compañeros y la pérdida de tiempo con Pérez.
Precisamente el mexicano venía por detrás deseoso de subir al podio. Leclerc aguantó varias vueltas en el DRS de Sainz, lo que imposibilitó completamente el adelantamiento del mexicano. Aquí aún faltaba carrera, pero realmente parecía que las posiciones arriba no se moverían, mientras ni Sainz ni Leclerc cometieran errores, terminarían segundo y tercero, subirían ambos al podio e impedirían el doblete de Red Bull en su territorio. El Ferrari era muy rápido en recta y la ayuda del DRS ya dejaba el adelantamiento en una proeza.
Pero un nuevo error llegó por parte de un piloto y por parte del equipo. Sainz, no sabemos si por simple afán, por mala lectura de carrera o por ambas, no paró de luchar para que Leclerc perdiera el DRS, hasta que lo consiguió, sin que el equipo lo evitara. Pudo distanciarse unos segundos y Leclerc retuvo a Pérez varias vueltas, pero una vez el de Red Bull pasó, la situación se encaminaba hacia un mal destino inevitable. Sin la ayuda del DRS, el Ferrari es mucho más vulnerable y el monegasco no pudo aguantar al mexicano ni con alguna maniobra al límite.
Durante las primeras vueltas con Pérez en aire limpio, parecía que el madrileño le aguantaba el pulso, pero el mayor ritmo y la menor degradación de los austriacos terminó haciendo la diferencia. Pérez llegó y, tal y como pasó con Leclerc, al cabo de algunas vueltas pasó a Sainz. El Ferrari sin DRS sigue siendo muy veloz, pero ante un coche claramente más rápido y con DRS, no puede hacer milagros. Y la decisión de Sainz de alejarse de Leclerc, sin que el equipo hiciera nada por evitarlo, no solo acabó con el doble podio de la Scuderia en casa si no que le otorgó el doblete a Red Bull.
Lo increíble es que la mala gestión de carrera de Ferrari y sus pilotos no terminó aquí, aún faltaba el capítulo más terrible de todos. Tras pasar Pérez, Leclerc, que parecía tener claramente más ritmo que el español en este punto, se colocó en posición de ataque a Sainz. La maniobra parecía clara, pero a partir de ahí comenzó un juego entre compañeros de equipo que es difícil comprensión. Ferrari, debido a que el quinto estaba muy lejos, les dejó pelearse por la última plaza de podio. El problema es que ambos comenzaron a luchar al límite, bloqueando neumáticos, dejando el espacio justo, incluso alguna vez uno de los dos tuvo que salirse para no chocar.
Hay una cosa clara, Leclerc tenía algo más de velocidad en las últimas vueltas. Y, además, fue el propio Sainz quién puso su podio en peligro debido a que no quiso mantener a Leclerc en DRS. No obstante, Sainz fue el piloto más rápido de la Scuderia durante todo el fin de semana y se trabajó el podio desde el viernes gracias a su esfuerzo. En Ferrari pensaron que los podios no se regalan y, con el podio asegurado con cualquiera de los dos coches, se podían permitir dejarles luchar. Pero es inconcebible que en su carrera de casa permitan a sus pilotos luchar tan al límite poniendo en riesgo la tercera plaza. Ambos pilotos tenían su parte de razón para querer el podio, pero a veces los equipos deben ser egoístas y pensar en su propio bien. Ninguno de ellos se juega nada en el mundial de pilotos y para el equipo los puntos iban a ser los mismos, no había ninguna necesidad que poner en riesgo así una tercera y cuarta plaza.
Así fue la pelea por las 4 primeras posiciones, que, realmente, fue de las pocas que hubo en la carrera. Verstappen ganó, no sin sufrimiento. Al buen ritmo de los Ferrari en las primeras vueltas se le sumaron unos problemas en las últimas que le hicieron tener que bajar considerablemente el ritmo para poder llegar a meta. Si llega a tener a algún coche cerca, la victoria habría estado en serio peligro. Pero no fue así y ya suma 10 consecutivas, batiendo el record de Vettel y sumando la decimoquinta para Red Bull. Volvió a superar a Pérez, que fue segundo, y Sainz completó el podio con Leclerc cuarto.
En quinta posición, y sin poder luchar por más, terminó Russell. El británico firmó una gran cuarta plaza en clasificación. En carrera aguantó a Checo Pérez todo lo que pudo, pero finalmente le adelantó. A partir de ahí, su único sobresalto fue tener que sobreponerse a una sanción de 5 segundos por adelantar a Ocon saltándose la chicane. Carrera sólida, pero en tierra de nadie para él. Parece, eso sí, que se invierte la tendencia de las últimas carreras y vuelve a ganar a Hamilton.
Un Hamilton que termina en la sexta posición, aunque él tuvo que trabajárselo más que su compañero. Salía más atrás y con estrategia cambiada, con neumático duro. Estiró todo lo que pudo su primer stint y tuvo neumáticos más fuertes al final, aunque tenía dudas de si podría cruzar meta sin parar de nuevo y sin sufrir problemas. Finalmente, sacó un gran ritmo y pudo adelantar al tren de Piastri, Norris y Albon para terminar cómodamente sexto. No obstante, chocó con Piastri al adelantarlo y recibió 5 segundos de penalización, pero gracias a que abrió esa distancia con Albon, la sanción se quedó en nada. Eso sí, Piastri se quedó fuera de los puntos por el choque.
Detrás de Hamilton terminó el propio Albon, séptimo. Una cita, la de Monza, que le venía muy bien a Williams, pero en carrera tenían algo menos que el resto y tuvo que defenderse de Norris casi toda la carrera. Gracias a su habilidad y a la velocidad del Williams, lo consiguió. Norris, mientras, tuvo que conformarse con ser octavo. Otra carrera difícil para McLaren, además con un toque entre ambos compañeros que se quedó en nada, aunque pudo acabar con sus opciones. Noveno fue Alonso, quién ni de lejos pudo pelear la 33 aquí. Se sabía que el Aston Martin iba a sufrir en Italia y ha terminado siendo incluso peor. La novena plaza realmente tiene hasta mérito, viendo que Stroll ni tan siquiera ha podido luchar por puntos. Habrá que ver si las mejoras de Zandvoort y las que estén por venir surten efecto en otros circuitos, porque en los de velocidad punta queda claro que el Aston sufre. Cerró la zona de puntos Bottas, que hizo una carrera sólida y consiguió rescatar un punto que no es poco para Alfa Romeo.
Fuera de la zona de puntos, hay que destacar la undécima plaza de Lawson, que en su segunda carrera en la categoría ha vuelto a ser muy sólido. Su compañero Tsunoda ni tan siquiera pudo empezar por problemas de motor. También hay que hablar para mal de los Alpine, que han tenido un fin de semana de pesadilla y no han estado cerca del top 10 en ningún momento, con Gasly decimoquinto y Ocon abandonando cuando rodaba en posiciones parecidas. Y, para terminar, Logan Sargeant sigue muy lejos de Albon.
Así fue lo más destacado de un Gran Premio de Italia dónde salen victoriosos los de siempre y dónde hemos visto mucho fuego amigo. Ferrari se repone del mal Gran Premio de Zandvoort y se convierte en el equipo que más al límite ha conseguido poner a Verstappen esta temporada. Pero para ganarles hay que hacerlo todo perfecto y los italianos, desde luego, están muy lejos de eso. La Formula 1 volverá el fin de semana del 17 de septiembre con el Gran Premio de Singapur. Un circuito muy diferente a Monza aunque ha sufrido modificaciones que lo harán más rápido, pero lo más probable es que veamos un fin de semana muy diferente al vivido en Italia.
Imagen de Motorsport
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