Tras un largo invierno, todas las competiciones de motociclismo empiezan a teñir de verde sus semáforos de salida. Los primeros motores en rugir fueron los de WorldSBK que el pasado fin de semana en Phillip Island dieron por finalizada la espera de los aficionados. Sin embargo, no parece que se diferencie mucho de la temporada 2022, ya que la marca triunfadora hace unos meses encara este año dando un aviso bastante claro.
Sin duda, 2022 brilló con un rojo intenso en cuanto a motociclismo se refiere. El dominio de Ducati tanto en WorldSBK como en MotoGP fue tal que la marca italiana firmó su mejor y más exitosa campaña de toda su historia al llevarse los dos títulos en ambos certámenes. No solo pasó por encima de las laureadas marcas japonesas, sino que se convirtió en la referencia en aerodinámica, potencia y estabilidad. Pero no se gana un título teniendo solo la mejor máquina, por lo que subió a sus motos a pilotos que sacasen el máximo partido tanto a la Desmosedici como a la Panigale y, con Gigi Dall´Igna a la cabeza, se rodeó de un equipo de ingenieros que remasen en la misma dirección.
El resultado es que Ducati ha adelantado a Yamaha, Honda y Kawasaki; quienes podían presumir de sumar triunfos y campeonatos a su vitrina año tras año. El fin de semana en Australia es solo un aviso de que la marca de Borgo Panigale no va a bajar los brazos. El mensaje es, cuanto menos, consistente. Álvaro Bautista se encargó de dominar con mano de hierro las tres carreras realizadas luciendo un dorsal 1 en el carenado que no pretende cambiar. Pero el español no fue el único que brilló con la V4.
El año pasado, el talaverano destacaba mucho sobre sus compañeros ducatistas en WorldSBK. Parecía que solo él tenía el ritmo para medirse a Jonathan Rea y a Toprak Razgatlioglu, sin embargo, en Phillip Island dio la sensación de que el resto de Ducati han ganado protagonismo. Axel Bassani y Michael Rubén Rinaldi pretenden sumarse a la fiesta lo que unido al gigantesco paso hacia delante de Philipp Oettl han hecho saltar las alarmas de los japoneses. No ha sido ni mucho menos un fin de semana cómodo para Toprak y Jonathan que se veían obligados a entrar en batallas con el resto, mientras el campeón del mundo se escapaba con un ritmo inquebrantable.
WorldSSP, patio habitual de juegos para Yamaha y su famosa R6, no fue muy distinto. Nicolò Bulega se hizo con las dos carreras del fin de semana dándole a Ducati su primera victoria en su etapa de regreso a la categoría intermedia de las motos derivadas de serie. El italiano dominó tanto en mojado como en seco y se colgó sin miedo el cartel de favorito. La moto funciona y tras el año de adaptación, parece preparado para ir a por un título que la marca de Borgo Panigale vería con muy buenos ojos. Además de que destronar a Yamaha en este certamen se antojaba hace unos años como una tarea imposible.
Lo cierto es que es el inicio de temporada y todavía puede pasar cualquier cosa, pero es una declaración de intenciones de Ducati que ya se encargó de dar también en MotoGP durante los test de pretemporada en Malasia. Queda 1 mes para que comience la acción en prototipos, pero la sensación de superioridad fue bastante contundente y no parece que vaya a revertirse a corto plazo.
Con todos estos ingredientes, Ducati buscará repetir un año de éxitos que le permita darle nombre a su época dorada en motociclismo. Y cabe añadir que MotoGP y WorldSBK no son sus únicos proyectos ambiciosos, sino que en 2023, la marca italiana se encargará de suministrar las motos con las que se competirá en MotoE. De esta manera, Ducati entra de lleno en el mundo eléctrico donde podrá evolucionar y mirar de cara a un futuro que parece lejano todavía, pero que le sonríe más que al resto. Y lo de Phillip Island solo ha sido un aviso…
Este año más de ducati y más de bautista.
rea este año está al mismo nivel q lowes y lo mismo digo de raz con locarelli. no dice mucho de ellos que siempre sacaban mucha diferencia a sus compañeros. buen artículo Ivan