La Marca del Asfalto: Motorland Aragón

La historia suele aparecer contada con trazos de tinta en los libros de aquellos que un día decidieron no olvidar. Y sus recuerdos ocupan el lugar de unas hojas en blanco que pasarán a la mente de un lector que decidirá trasladarlos a otro folio vacío. En el motociclismo, no hay mejor libro de historia que el asfalto. Aquel que una vez fue testigo de innumerables adelantamientos, salidas espectaculares, pilotos legendarios y motos fascinantes, todos dejaron su marca de goma sobre el firme y, para no olvidar esas huellas, en MotoSportsOn hemos decidido presentaros “La Marca del Asfalto”. 

Capítulo 3: Motorland Aragón

El desierto es un lugar peculiar. La calma comparte el papel de protagonista con el calor sofocante, mientras que pequeñas bocanadas de aire caliente amagan con alterar las formas de las dunas y poner a rodar a las habituales plantas de las películas del Lejano Oeste. Parece que los lugares con clima desértico duermen noche y día, como si la cosa no fuese con ellos, pero, a veces, la paz es solo una ilusión. El aire aumenta y, de repente, corrientes de arena se entrelazan formando tirabuzones que descienden, pero elevan la pasión y la adrenalina. Y detrás de esas zonas rocosas, áridas y secas, está el oasis, está el Circuito de Motorland Aragón.

El Bajo Aragón Turolense es una zona en la que se respira la pasión por el rugido del motor. Pero, dentro de la región, Alcañiz alberga gran parte de esa afición por el olor a rueda quemada. Tanto es así, que el amor por el motociclismo se representa en cada curva del espectacular trazado de Motorland. Antiguamente, las carreras de coches se hacían en el propio Alcañiz que tenía el apoyo de todos los habitantes para montar semejante fiesta de alegría y emoción. Unos años más tarde, el nieto al que su abuelo llevaba a las carreras es ahora es el que se encarga de contagiarle la afición a la siguiente generación.

No se trata de un firme muy histórico, de hecho, es bastante joven ya que entró en el Campeonato del Mundo de MotoGP en 2010, pero desde el primer momento enamoró a aficionados y pilotos. Es un circuito con bastantes cambios de nivel, chicanes, frenadas fuertes y en el que la aceleración tanto en curva como en recta es un factor muy importante. Ya la primera curva es una fuerte frenada a izquierdas en la que es muy sencillo irse largo ya que marca el final de una pequeña recta de entrada a meta a la que le preceden otra recta más larga y un largo curvone en subida. Todas sus partes están tan bien conectadas que el piloto en ocasiones no es consciente de que empieza una vuelta nueva.

Tras ese primer ángulo, llega otro a derechas donde se vuelve a ganar velocidad ya que es bastante abierto y se toma sin frenar hasta llegar a la tercera curva también a derechas. En este momento comienza la subida al circuito como si de una duna se tratara. En la curva 4 se deja correr la moto teniéndola inclinada hacia la izquierda para preparar un frenada difícil en la 5. Todo este primer sector es bastante técnico y se vuelve primordial saber mantener la línea correcta.

El sector 2 es más corto, pero uno de los favoritos de los pilotos. Se sale del ángulo 5 lo más cerrado posible para tomar una rapidísima curva 6 a derechas que se debe realizar muy cerca del interior para irse abriendo y colocarse correctamente en la 7, una frenada muy técnica a derechas. Al salir de esta enrevesada zona se vuelve a subir para preparar el primero de los puntos más icónicos de este trazado de Motorland Aragón, “El Tirabuzón”. Se trata del hermano pequeño del “Sacacorchos” de Laguna Seca del que ya hablamos en el Capítulo 1 de “La Marca del Asfalto”. La diferencia es que este es a la inversa y no tiene un desnivel tan agresivo como el americano. La entrada a derechas frenando ya avisa que es un punto complicado, tras el cambio de dirección se realiza el ángulo a izquierdas acelerando que tiene su continuación en la famosa curva 10 llamada Marc Márquez. En este curvone, el piloto tiene mucho tiempo el flanco izquierdo del neumático soportando la presión y, además, ahora debe afrontar uno de los puntos más complicados de todo el circuito, la cerrada frenada en la 11.

Empezamos el sector 3 agarrando la manilla del freno con mucha fuerza para realizar esa curva 11 la cual tiene el honor de destacar por tener el conocido muro detrás. En esta zona los errores son muy frecuentes siendo la pasada de frenada el más común. Además, la siguiente curva 12 tampoco es sencilla, no tanto por la naturaleza de la curva, sino porque es a derechas y llevamos desde la entrada al “Tirabuzón” sin utilizar esa parte del neumático. Por si fuera poco, llega la chicane 13-14 bastante abierta y crucial para salir bien posicionado a una larguísima recta en bajada.

Para finalizar, el sector 4 comienza en la salida a la recta, donde se exprime al máximo el motor para llegar a un curvone a izquierdas en subida en el que es importante mantener una buena línea para realizar la entrada a meta lo más rápido posible. Sin duda, este último tramo del trazado es el que decide las carreras y, aunque el curvone admite alguna variación de trazada, se han visto adelantamientos en la entrada a meta por no llevar la línea correcta y salir con menos velocidad de esa última curva.

A pesar de su juventud, Motorland Aragón ha dejado momentos que la afición guarda con cariño. Marc Márquez puede presumir de ser el piloto con más victorias sobre el trazado alcañizano, 6 veces ha cruzado la línea de meta al frente. Además, protagonizó junto a Dani Pedrosa en 2013 uno de los momentos de mayor tensión que se recuerdan en el box del Repsol, y no es que sean pocos. En la frenada de la curva 11, Marc se fue largo tocando por muy poco a Dani. En ese “poco” el ilerdense rompió el cable del control de tracción del 26, lo que le hizo saltar por los aires al cambiar de dirección. Ni la victoria de Márquez calmó el ambiente, de hecho, las declaraciones de Pedrosa fueron bastante tajantes: “Todos sabemos ir pasados de vueltas, no todo vale”.

Otro momento clave en la historia de MotoGP en Motorland Aragón fue la preciosa batalla que mantuvieron Dani Pedrosa y Valentino Rossi por la segunda posición del podio en 2015. Fue muy parecido a un duelo de pistoleros con el lugar y el ambiente perfecto y que tuvo su vencedor en el español del Repsol Honda. Aquel día, la victoria fue para un Jorge Lorenzo que dejó una gran celebración pintando un cuadro frente al famoso muro y avisando que iba a por un título que finalmente fue suyo.

A partir de 2016, Marc convirtió Motorland durante 4 años en su jardín particular hasta que la lesión le obligó a perderse un 2020 en el que Álex Rins colocó la Suzuki en lo más alto del podio aragonés. La pandemia provocó que se tuviera que realizar una segunda carrera aquel año con el nombre de Gran Premio de Teruel que se llevó Franco Morbidelli al que le siguió un doblete de Suzuki con Rins y Mir.

Si hay un piloto que puede decir que Motorland Aragón es su casa, ese es Marc Márquez. El 8 veces campeón del mundo regresó en 2021 y, aunque no estaba en su 100% protagonizó una preciosa batalla con Pecco Bagnaia que finalizó con el italiano llevándose la gloria. Pero no acaba ahí, el ilerdense en 2022 tuvo que volver a operarse de su brazo al inicio de la temporada y marcó en rojo la cita en Alcañiz. Con los focos y toda la expectación sobre él, Marc se subió a la Honda y, aunque la carrera no fue como esperaba por el accidente con Quartararo y Nakagami, dejó claro que estaba de vuelta. Sólo él puede presumir de ser el sheriff de este desierto.

En WorldSBK, Jonathan Rea ha sido el gran dominador del trazado con 9 victorias en su palmarés. El norirlandés se adapta siempre perfectamente a la pista aragonesa, por ello lleva sin bajarse del podio en ni una sola prueba desde 2015. Si Marc es el sheriff en MotoGP, Jonathan Rea lo es en WorldSBK.

Motorland Aragón es un desierto diferente, único, que se alimenta de la pasión y el amor por el motociclismo. Mil y una historias esperan dejar su huella en el trazado junto a las marcas que ya relucen en los pianos del “Tirabuzón” o frente a la inmensidad del muro. Los silencios no existen, sólo hablan los rugidos del motor y los gritos de la afición, el resto es puro espejismo. 

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Acerca de Iván Moreno Serrano 79 Articles
Periodismo y Comunicación Audiovisual

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