Un nuevo nombre ha sido añadido a la vitrina de los campeones mundiales de Formula 1. O, más bien, un piloto ha escrito su nombre por segunda vez: Max Verstappen. El neerlandés llevaba varios Grandes Premios haciendo cuentas para ver cuando aseguraría el bicampeonato y le ha tocado en Suzuka, casa de Honda, días después de confirmar su asociación con Red Bull hasta 2025. Pero lo vivido en Japón ha sido de tal magnitud, que el hecho de tener un nuevo campeón del mundo es prácticamente anecdótico.
La carrera del domingo arrancó, como se preveía, bajo la lluvia. No era torrencial, pero la pista se fue encharcando hasta el arranque de la prueba y el mayor temor de cualquier aficionado, la cancelación de la carrera, aumentaba. Sin embargo, tomó lugar la salida, aunque eran condiciones complicadas con poca visibilidad.
Verstappen salía en pole y Leclerc segundo. La arrancada de Charles fue mejor, pero el ya bicampeón del mundo se hizo notar con una bonita y limpia maniobra para mantener el primer lugar. Más atrás, Pérez pasó a Sainz, que tuvo, presumiblemente, un aquaplanning que resultó en accidente y posterior Safety Car. Un Safety Car que provocó todos los disturbios del domingo.
El coche de Sainz quedó destrozado y ligeramente dentro de la trazada, lo que provocó situaciones peligrosas, con los coches pasándole muy de cerca sin verle debido a la pobre visibilidad. No hubo mayores problemas, salvo por dos cosas: Un trozo de publicidad entró a la pista y chocó con el coche de Gasly, destrozando su alerón y obligándole a entrar en box quedándose rezagado, y las dificultades para retirar el coche de Sainz, que hicieron que tuviera que salir una grúa y posteriormente una bandera roja.
Y con esto siguió la cadena de infortunios. La grúa se metió en la pista sin que los pilotos lo supieran, y probablemente los comisarios tampoco sabían que Gasly estaba rezagado por haber entrado. Por ello, el francés, que pasó a mucha velocidad por la zona, casi choca con la grúa y atropella a un comisario que estaba cerca. En condiciones de prácticamente nula visibilidad. Resulta muy difícil de entender que pase esto en 2022, más si cabe en el lugar en que el tristemente fallecido Jules Bianchi tuvo su fatal accidente en 2014 al chocar con una grúa por una mala gestión de dirección de carrera. Parecía que se había aprendido de esto, pero ha quedado claro que no. Gasly ha recibido una sanción de 20 segundos por exceder la velocidad bajo Safety Car, lo cual es justo, pero la actuación de la FIA quedará impune.
Tras esto salió la bandera roja, para facilitar, ahora sí, la extracción del coche de Sainz sin poner en peligro ni a los pilotos ni a los comisarios. O eso pensamos. Porque lo que parecía una bandera roja “express” acabó en una larga espera de más de dos horas hasta que se reanudó la carrera. La “alergia a la lluvia” de la FIA volvió a aparecer. La previsión era de lluvia para toda la tarde, pero si en un primer momento se permitió la arrancada, incluso con neumáticos intermedios, es difícil adivinar que cambió después, porque la situación fue prácticamente la misma. De hecho, en un momento los pilotos se llegaron a montar de nuevo para salir, pero cancelaron la resalida. Y cuando finalmente se salió, con más o menos las mismas condiciones de pista que durante -mínimo- la última hora y media de bandera roja, los pilotos dijeron que la pista estaba en perfectas condiciones para competir.
De este modo, nuevamente acabó la carrera por tiempo, se disputó poco más que la mitad de las vueltas, y se desperdició la oportunidad que se vió que existía de disputar todas las vueltas posibles por el incomprensible miedo de la FIA. En cualquier caso, mientras ni pilotos ni equipos se quejen de esta situación, las carreras lluviosas serán la mayor pesadilla para todos los aficionados. Es una verdadera pena, porque se pierde la oportunidad de ver la incertidumbre de las carreras lluviosas, como se vio en lo poco que llegó a disputarse. Solo Hamilton llegó a decir que no entendía que ni siquiera salieran a probar las condiciones. Una pena que sea el único, de ser la mayoría de la parrilla la que piensa así en estas situaciones, no tendríamos que soportar estas esperas.
Pasando página de este tema, finalmente se relanzó el Gran Premio. Salieron con neumáticos de lluvia extrema, y como se preveía en estas condiciones, resultaba difícil atacar, más aún siendo una salida lanzada y no en parado. Pararon pronto para intermedios Vettel, tras dos salidas accidentadas, y Latifi, que no tenía nada que perder. Y les funcionó su apuesta. Apenas en un par de vueltas los neumáticos mixtos comenzaron a funcionarles y cuando todos pararon recuperaron posiciones. Verstappen pronto abrió hueco con Leclerc, que lo intentó sin éxito. El neerlandés se aseguró la victoria pronto en una nueva exhibición de dominancia. A pesar de haber construido un gran hueco, a Leclerc se le cayeron sus neumáticos de nuevo y Pérez se le echó encima para luchar por el doblete de Red Bull y, a la postre, campeonato de Max. Le pudo aguantar durante muchas vueltas, pero en la última curva el monegasco se saltó la chicane, cerró a Pérez, y recibió una sanción que le relegó al tercer puesto.
Por detrás, también fue una carrera de defensa para Esteban Ocon, que tenía detrás a un Hamilton que no paró de luchar, pero vio imposible adelantar con su pobre velocidad punta. El francés terminó cuarto para encarrillar su “batalla” contra su compañero de equipo Alonso y Hamilton fue quinto. Sexto fue el piloto que apostó y ganó, Sebastian Vettel. El alemán regaló a los aficionados un -doble- precioso duelo contra su rival histórico Fernando Alonso en su última carrera en Suzuka.
El de Alpine se mostraba más rápido, pero una vez más, adelantar es muy difícil en estas condiciones. El español se vio perjudicado en el paso de lluvia extrema a intermedios. Como estaba detrás de su compañero, tuvo que parar una vuelta más tarde y perdió la posición con el propio Sebastian. A falta de pocas vueltas, arriesgó con una segunda parada y casi acierta de pleno. De hecho, le faltaron milésimas. Cayó a la décima posición, pero con la superiodad de neumáticos protagonizó una exhibición de adelantamientos y velocidad para acabar de nuevo detrás de Vettel en la última curva. Lo intentó todo, pero el tetracampeón obtuvo la sexta plaza por 11 milesimas. Además, Alonso no consiguió la vuelta rápida por una milesima. De nuevo la moneda le salió cruz y terminó séptimo.
Octavo acabó George Russell, que mostró un fuerte ritmo, pero se vio perjudicado por la doble parada de Mercedes. Noveno Latifi, que apostó como Vettel y consiguió dos puntos por ello. Cerró la tabla de puntos Norris, con quién Alonso replicó su mítico adelantamiento a Schumacher por el exterior de la 130R en el año 2005.
Y no hubo más acción en pista aparte de esta. Hay que destacar también dos hechos que ocurrieron en la primera salida: La impresionante salida de Stroll adelantando a varios coches y el abandono por fiabilidad de Albon. Pero fuera de pista, si que hubo más acción tras la carrera, y no poca.
La citada sanción a Leclerc llegó nada menos que en las entrevistas previas al podio. Johnny Herbert ya había entrevistado a Verstappen, que había asumido que no sería Suzuka el lugar en el que sería bicampeón. Pero mientras entrevistaba a Checo Pérez llegó la noticia: Leclerc había sido penalizado con 5 segundos, Pérez era segundo y Verstappen bicampeón del mundo. El neerlandés se enteró de su segundo campeonato en una entrevista, una situación inusual dónde las haya. Pero más inusual es la redacción del reglamento, que llevó a Max a ni siquiera saber si de verdad era campeón. En teoría, se había corrido solo el 50% de la carrera y no se podían entregar todos los puntos, lo que no le permitía ser campeón, pero al parecer esta norma solo sirve si la carrera es suspendida. Algo complicado de entender, también para Max, pero finalmente pudo celebrar su campeonato con toda la normalidad posible en un día tan inusual.
En resumen, olvidémonos de la FIA y quedémonos con lo bueno: Hay un nuevo campeón del mundo, presenciamos los bonitos duelos de Hamilton con Ocon y Alonso con Vettel, buenos adelantamientos del asturiano y vivimos la incertidumbre que trae consigo la lluvia una vez están los coches en pista, que es difícilmente igualable en otros deportes.
Ahora viene una semana sin Formula 1, para volver el fin de semana del 21 de octubre en el circuito de Austin. Aún quedan varias peleas en el campeonato de pilotos y el de constructores sigue en juego.
Imagen de Cadena3
Be the first to comment